Como
es su costumbre, el Papa está listo para ir a jugar al bingo benéfico en una
iglesia que queda cerca del Vaticano. El chófer de su
limusina se retrasa más de la cuenta y llega tarde a recogerlo lo cual pone furioso al Pontífice.
-Apresúrate
que llego tarde a mi cita- le dijo enfadado el Papa.
-Perdón... perdón. Pero recuerde que el límite de velocidad es 20MPH- contestó el hombre.
-Perdón... perdón. Pero recuerde que el límite de velocidad es 20MPH- contestó el hombre.
Después de haber recorrido un par de millas, el Papa no puede resistir la lentitud.
-Te ordeno en el nombre de la Cruz del Calvario que pares. A partir de ahora yo soy el que voy a conducir, así intentaré llegar a tiempo.
Su chófer obedece el mandato y ambos cambian de lugar, pasando éste al asiento trasero mientras el Pontífice se sienta al volante de la limusina. El Papa aprieta el acelerador a fondo y en cuestión de segundos va a 75MPH en una zona de 20MPH. No pasa desapercibido, ya que inmediatamente una patrulla de policía comienza a perseguirle con la sirena abierta; una vez que le alcanza, le hace señas para que se detenga. El Papa obedece y apenas detiene el vehículo, baja el vidrio de su ventanilla.
El
policía sale de su vehículo, se le acerca y le dice:
-Por
qué las prisas? ¡Uuuups! Espere un momento, por favor.
El agente regresa a la patrulla y llama a su comandante por medio del intercomunicador.
- Clave 10.4. Tengo una situación un tanto dificil. Paré a un auto que iba a 75MPH en una zona de 20MPH.
-Yo
no veo ningún problema.- Le contestan del otro lado del aparato-
Ponle la multa máxima para que aprenda!
-Esteeee!!!! Pero usted no entiende. - Replica el agente- El tipo parece ser una persona muy importante.
-No puede ser tan importante. - Contesta su superior- Los jefes de la mafia tienen una reunión en New Jersey este fin de semana. Eso quiere decir que toda Italia está limpia de mafiosos hasta el lunes.
-Yo no sé, en realidad. Pero insisto, este tipo es alguien muy importante.
- Cuán importante es?
- No sé, pero su chófer es el Papa!