Un
hacendado se va en viaje de negocios a la ciudad por dos semanas, y
deja todo al cuidado de su capataz.
(Al
hacendado lo abreviaremos con la letra "h"y al capataz con
la letra "c")
h:
Ya sabes... te dejo a cargo; cuida bien todo, no vaya a pasar
algo.
c:
No se preocupe patrón, que nada va a suceder.
h:
No sé, es que tú eres de confianza, pero también un poco bruto.
Dos
semanas después, vuelve el hacendado a la estancia.
h:
Hubo alguna novedad en mi ausencia, Rudecindo?
c:
No patroncito, nada ha pasado.
h:
Estás seguro? Es que tú eres medio bruto.
c:
Bueno, ahora que lo dice... Sí, paso algo... se murió su gato.
h:
Mi gato de angora??? Pero cómo que se murió mi gato?
c:
Se murió de indigestión.
h:
Cómo que de indigestión, si sólo comía atún y caviar???
c:
Es que comió carne de caballo.
h:
Carne de caballo??? Qué caballo?
c:
Su caballo, patroncito... es que se murió y había que aprovechar la
carne.
h:
Bruto!!!! Qué le sucedió a mi caballo?
c:
Se murió del esfuerzo.
h:
Pero de qué esfuerzo me hablas?
c:
Pues de cargar agua.
h:
Agua!!! Para qué?
c:
Para apagar el incendio...
h:
Qué incendio?
c:
Pues el de su casa.
h:
Mi casa de campo??? Pero qué le has hecho a mi casa???
c:
Nada, se quemó por la vela.
h:
La vela... Qué vela?
c:
La del velorio de su esposa.
h:
Cómo??? Murió mi esposa??? Qué fue lo que le pasó???
c:
Se murió de la impresión.
h:
Impresión??? Pero, de qué impresión me hablas???
c:
Si, de la impresión de ver a sus hijos ahogarse
h:
Pero qué es lo que me estás diciendo... Todo esto ha sucedido en mi
ausencia y porque te he dejado a ti a cargo de todo???
c:
Ya no más! Ya no más, patroncito! Basta!!! De haber sabido que se
iba a poner así, no le contaba lo del gato.