En una reunión internacional de pastores, tres
de ellos discuten sobre cuánta inteligencia tenían y cómo la
aplicaban a sus respectivos perros pastores.
El
español dice:
— El
perro que yo tengo es de lo más peculiar; al terminar el trabajo
encierra las ovejas y les da comida y además me vigila la casa con
paso marcial durante toda la noche.
El
argentino, con una sonrisa de costado, dice:
— El
perro que yo tengo sí que es de lo más original: al terminar el
trabajo encierra a las ovejas y les da comida; vigila la casa durante
toda la noche; además, lava la ropa y me blanquea la casa una vez al
año.
El
mexicano, con lágrimas en los ojos, replica:
— El
perro que yo tenía...
— Qué
pasó? - preguntan los otros.
— Se
murió electrocutado.
— Cómo fue? Le cayó un rayo?
— No! Arreglándome el televisor.