En
la cena por la celebración del cumpleaños del Rey de un país europeo, se encuentran personalidades de la realeza, la
política, la nobleza y la más alta alcurnia de la sociedad.
Deslumbrada por el lujo de la mesa, la
señora de uno de los presidentes de un país vecino al del rey, le dice a su
marido:
-Oye Roberto, mira qué cubiertos más hermosos!!! De oro
puro con brillantes y esmeraldas. Anda, por favor, toma uno de recuerdo. Yo tengo que tener uno de esos en casa.
-Pero, mi amor,
por favor...
-Qué por favor ni por favor? Tú me tomas un
cubierto ahora mismo!!!
-Bueno, bueno... está bien... pero no te pongas así!!!
Así
que el presidente disimuladamente coge un cuchillo y se lo guarda en
la chaqueta.
Justo enfrente del matrimonio, se encontraban el canciller de otro país y su esposa que vieron lo que había sucedido. Ella le dice a su marido:
Justo enfrente del matrimonio, se encontraban el canciller de otro país y su esposa que vieron lo que había sucedido. Ella le dice a su marido:
-Anda Fernando, cariño, cógeme tú también uno de esos cubiertos hermosos para mí.
-Por el
amor de Dios, querida... Cómo voy a hacer algo así?
-Pero no has visto al presidente Roberto? Pues tú también me coges uno. Y no me
discutas...
-Bueno, está bien, mi amor. Lo que tú digas.
Así que con el mismo disimulo que el presidente, el canciller se dispone a coger el cuchillo, pero su mano tonta en la que tiene el tembleque le traiciona, con la mala suerte que el cuchillo golpea varias veces una copa.
clin, clin, clin…
Se hace un silencio y sonrojado sin saber qué hacer, el canciller se levanta y para salir del paso, alza la copa y dice:
-Brindemos por su Majestad el Rey Luis, y que cumpla muchos años más!!! Felicidades, Majestad!!!!
Todos brindan y el
canciller se sienta aliviado; pero su esposa le susurra:
-En verdad, Fernando, que eres
torpe. Pero yo no me quedo sin mi cuchillo, así que ya lo puedes ir
cogiendo.
- Pero cariño, ya ves que no puedo. Déjalo ya...
olvídalo!!!
-Que no, que no y que no... que la señora del
presidente tiene su cuchillo y yo también quiero el mio.
-Ufff!
Pero mira que te pones pesadita... Bueno, está bien... lo cierto es
que el cubierto es muy valioso.
Así
que de nuevo se dispone a tomar el cuchillo, pero nuevamente su mano
le traiciona y vuelve a golpear la copa, y…
… Clin, Clin,
Clin…
Una vez más se hace un silencio sepulcral, por lo que el canciller tiene que ponerse de nuevo en pie y vuelve hacer otro brindis, esta vez por su Majestad la Reina y su rápida ocurrencia le hace sentir nuevamente aliviado.
Su esposa le sigue insistiendo…
-Como no me consigas el cuchillo ahora mismo, te monto un espectáculo aquí delante de todo el mundo.
-Pero no seas así, mujer... no ves que no
puedo.
-Ni así ni nada. Ya me lo puedes ir cogiendo. Y como
vuelvas a meter la pata, suelto delante de todos que me divorcio de
ti.
Así que el canciller, para aplacar la furia de su mujer, vuelve a
intentarlo de nuevo, pero…
...clin, clin, clin...
Silencio total, mientras sudores fríos recorren la frente del canciller. Se pone en pie y viendo la cara de
furia de su esposa, dice:
-Permítanme por favor, que les haga un truco de
magia. Ven este cuchillo que tengo en mi mano? Pues lo voy a hacer
desaparecer. Lo introduzco en mi chaqueta... doy unos pases
mágicos...flus, flis, flas y... adivinen adónde fue a parar el cuchillo??? Señor presidente... mire
dentro de su chaqueta!!!
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