Henry
Ford muere y llega a las puertas del cielo, en donde lo aguarda San Pedro para recibirlo.
-Muy bien, señor Ford- le dice San Pedro- Usted ha sido una persona buenísima y su invento,
la línea de montaje para automóviles, cambió el curso del mundo. Como
recompensa se le permitirá pasear a voluntad por el cielo y podrá ir a cualquier lugar sin restricciones.
Ford piensa un poco y le solicita:
-Bueno, en realidad lo que quisiera es conocer a Dios y poder conversar un poco
con él.
Entonces San Pedro pide a un ángel que acompañe a
Ford a donde se encuentra el Todopoderoso. Ford entra en la sala y le pregunta
a Dios con reverencia:
-Señor Todopoderoso, tengo una gran
duda: cuando usted inventó a la mujer... en que pensaba exactamente?
-Qué quieres decir con eso? - le pregunta
Dios.
-Bueno, es que hay grandes problemas en el proyecto
de esa invención que paso a detallar a continuación:
1. No existe ningún modelo gasolero.
2.
Hace mucho ruido cuando se recalienta.
3. El mantenimiento es
extremadamente caro.
4. Necesita constantemente de repintura.
5.
Tiene que quedarse en el garaje 5 días de cada 28.
6. La cañería
se tapa y es necesario anularle algunos tramos.
7. Antes del
primer tercio de su vida útil, se le caen los paragolpes delantero y
trasero.
8. El tapizado se cuartea a los pocos kilómetros.
9.
El consumo de combustible es asombroso.
10. Es muy lento comparado
con el otro modelo que has hecho.
Y estos son tan sólo algunos de
esos problemas.
-Hmmm ...- responde Dios-...aguarda un minuto,
por favor.
El Todopoderoso va hacia donde se halla la Supercomputadora Celestial, cliquea
un ícono de la pantalla y aguarda... Casi instantáneamente aparece
un listado. Dios lee el informe, se da vuelta hacia Ford y le
dice:
-Puede ser que mi proyecto tenga problemas como tú
dices, pero.... resulta muy curioso que en este preciso momento, hay muchísimos
más hombres subidos a mi invento que al tuyo.
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