Un
hombre estaba desayunando un sandwich y un café en un conocido
restaurante de comida rápida, cuando vio por la ventana una
procesión funeral que le pareció muy inusual, y que justamente pasaba en ese preciso momento por la
calle, en dirección al cementerio que se encontraba en las proximidades.
Unos hombres cargaban un ataúd y a unos 50 pasos por detrás, otros llevaban un segundo ataúd.
A continuación caminaba un señor solitario que llevaba con una correa a un perro de raza
pitbull y lo más curioso era que detrás de estos, los seguían
unos 200 hombres en una procesión de una sola fila.
El
hombre no pudo soportar la curiosidad y con mucho respeto se aproximó
al señor que llevaba al perro y le preguntó:
-Señor...
sé que es un muy mal momento para molestarle, pero nunca he visto un
funeral como éste... Me podría decir, por favor, de quién es este
funeral?
-Bueno, vea... en el primer ataúd está mi esposa.
-Qué
le pasó a ella?
-Mi
perro la atacó y la mató.
-Oh, cuánto lo lamento... Y quién está en el segundo ataúd?
-Mi
suegra... Ella estaba tratando de ayudar a mi esposa y el perro se
volvió hacia ella y también la atacó.
Un
momento solemne de silencio transcurrió entre los dos hombres hasta
que el recién llegado, tras meditar unos minutos, le preguntó al
viudo:
-Señor...
podría pedirle prestado el perro?
-Sí,
como no... Pero póngase al final de la cola.