CLÁSICO |
Carrie (1976, Brian De Palma) |
A
la falta de ideas que lleva a que cada vez haya menos películas con
argumentos originales, nos responden de manera apabullante con secuelas
(continuaciones en serie), reboots (nuevos reinicios de sagas conocidas, comenzando de cero e ignorando los acontecimientos de
las versiones anteriores), y remakes (películas ya filmadas, que las vuelven a rodar)
Se
podría entender que se vuelva a hacer una nueva versión de un filme que haya sido malo; hasta se entendería
que se ruede otra vez un título catalogado como mediocre o regular.
También
podríamos comprender que se tomara una cinta que haya sido buena
para intentar realizar una película superior aportándole ideas
frescas y renovadoras.
Lo
que cuesta entender es que se empecinen en realizar remakes de
películas que son clásicos del cine.
Este
último ejemplo es el caso de Carrie,
la novela de Stephen King que Brian De Palma se había encargado de
transformar en un clásico instantáneo del horror, allá por el año
1976.
Claro,
luego vinieron la lamentable secuela en 1999 dirigida por Katt Shea y
una innecesaria versión para televisión en 2002 de David Carson,
ambas rápidamente olvidables.
Ahora
en 2013, Kimberly Peirce, quien se ganó un merecido respeto en 1999
por la cinta Boys Don't Cry
(con una formidable labor de Hilary Swank), se sentó en la silla de
la dirección para, menuda tarea, intentar superar un clásico.
The Rage: Carrie 2 (1999, Katt Shea) |
PREMISA:
Carrie White es una adolescente de 17 años, tímida, marginada y
humillada por sus compañeros de estudio, que vive bajo el cuidado de
una madre posesiva que ostenta un enfermizo fanatismo religioso.
Carrie
descubre su despertar sexual de una manera casual y bajo la burla de todos sus compañeros. Pero además, se percata de que tiene la facultad de
mover objetos a distancia. Ese poder de telekinesis será en
definitiva lo que causará el terror en su noche de graduación,
cuando la broma que han de gastarle en ese evento, resultará ser la verdadera gota
que terminará de desbordar el vaso.
En
la versión de De Palma, Sissy Spacek (Missing) hace una
interpretación creíble del personaje adolescente, a pesar de los 27
años que la actriz tenía cuando representó a la protagonista
principal. En 2013, el papel corre a cargo de Chloë Grace Moretz
(Kick Ass), una verdadera adolescente con 16 años, que aporta
frescura y una interpretación por encima de la media.
Carrie (2002-TV, David Carson) |
Ambas
actrices captan la verdadera esencia del personaje: insegura y
desprotegida al comienzo, y a medida que transcurre la cinta, se
transforma en temida e inquietante primero y realmente aterradora, capaz de causar el
desastre que se avecina, después.
En
la película de 1976, la madre de Carrie fue interpretada por Piper
Laurie, una actuación verdaderamente inquietante de principio a fin
con un grado de verosimilitud en el papel de fanática religiosa. La
excelente Julianne Moore recrea el papel en esta nueva versión, pero
con una actuación desigual y despareja, posiblemente atribuible a problemas
de guión.
La
película de De Palma (1976) comienza fuerte con la escena de la
ducha, y no decae por el resto del metraje; tiene su punto más alto en la noche de graduación, siguiendo con el regreso a casa, para culminar con una
última escena que difícilmente se pueda olvidar.
La
versión de Pierce (2013) comienza bien con la escena de la ducha,
adapta algunas escenas a la tecnología actual como la forma de
burlarse de la protagonista (teléfonos celulares, redes sociales y el acoso escolar o
bullying), luego decae por momentos con altos y bajos de ritmo, para retomar el pulso en la noche
de graduación y la vuelta a casa.
Carrie (2013, Kimberly Peirce) |
Hay muchas escenas copiadas (casi
se debería decir calcadas) de la cinta de 1976, pero
lamentablemente no copiaron lo que debieron: el excelente, impresionante e inolvidable final de la versión de De Palma, sustituyéndolo por uno mucho menos efectivo.
De
todos modos, Carrie de 2013 se puede ver como un intento de acercar a
las nuevas generaciones a la historia, y que debería servir al menos, para encender la
curiosidad de nuevos espectadores por conocer la versión de 1976; caso contrario se
estarían perdiendo una de las mejores adaptaciones realizadas de una novela de
Stephen King a la pantalla.
Ya no quedan dudas... los productores contemporáneos están decididos a rodar otra vez absolutamente todas y cada una de las películas que ya están realizadas.
Estarán pensando ya en hacer remakes de Harry Potter, saga con la que batieron récords de recaudaciones?
O será muy pronto... y esperarán un año más?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario